El alma nunca se equivoca
Mis
palabras remueven los escombros
que
cubren el brillo de tu alma,
mientras
la mía, con augurio y desenfreno
aclama
tu nombre, con la intensión de
verte
sonreír
Con
la paz en mi hombro y la alegría en mis manos
cubriré
tu ser, para poder armarlo una y otra vez.
Porque
el alma nunca se equivoca,
cuando
lo único que importa
con
ella es compartir.