Cómo las olas del mar
Sí, es verdad, ella es terca
como las olas del mas
que no se quedan quietas.
Indudables son las veces
que piensa con paciencia,
más bien reacia habla sin parar.
Sí, es verdad que su sonrisa me ilumina,
cuando la tengo en frente
y no la dejo de mirar.
Irremediable que no sepa
que perdidamente de ella
me puedo enamorar.
Aunque las olas del mar
no se queden quietas
iré todos los días a nadar.